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Mostrando entradas de abril, 2020

FÉNIX

Jorge Martínez Mejía. Imagen de Ligia Aguilar POR JORGE MARTÍNEZ MEJÍA Dejado en el signo de tu voz dolorida me hundo y a fondo te toco en medio del palabrerío. Es un error tu movimiento hacia la luz de las calles, hacia la respiración acuosa de las bocas que hablan. Detén la sílaba de tonalidades grises y ásperas. Detén el canto elevado en vacuidad, la voz en diluvio, la efímera pájara de sombra. Haz un semicírculo y regresa a la nocturna armonía, a la incorruptible turba del silencio. ......

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Un poeta sigue a través de vos. José Luis Quesada

POEMA DE AMOR: CODA

Nadine Labaki Por Jorge Martínez Mejía Debí abrigar tu desnudez más tiempo  entre mis ojos, debajo de la sangre donde tu piel reinaba sin temor a la lluvia, sin temor al silencio que antecede a los labios                                        que se juntan. Este aire olvidado también sabe a recuerdo, a una palabra de tu voz, a escombro al instante que tal vez sin querer dimos la espalda:                 dispersa ceniza,            isla               náufraga. Por la pequeñez de tu sombra sube la tarde                                    y te cubre como a los breves barcos que se acercan  al horizonte para besar las nubes. Deja que tus manos vuelvan a tocar el agua, o el color del mar  visto en tus ojos. Horada otra vez la arena fresca, golpea la dureza de piedra de las palabras no escuchadas todavía. Puebla el aire, vuelve a la labor de la fruta segada por la sed                                        de las

Belleza femenina en Caramel

Sinopsis: Un microcosmos en Beirut nos muestra a cinco mujeres vistas desde su propio ángulo. El punto de encuentro es una sala de belleza. Varias generaciones de mujeres muestran en los cinco personajes sus afanes, sus dolores y sus sueños. El epicentro de las confidencias, las risas, los desafíos ocultos y los gestos de sororidad de cada una, nos van narrando un mundo cargado de emociones en el que la figura de los hombres se observa de fondo. Layale, la protagonista, amante de un hombre casado. Nisrine, es una joven musulmana comprometida en nupcias con un emotivo e impulsivo novio. Rima ve nacer la posibilidad del amor con una bella mujer de largo cabello con la que pasa horas en la zona de lavado. Jamale cruza el climaterio temerosa de perder la lozanía y la energía juvenil. Rose, en su taller de costura, encuentra la posibilidad del amor con un cliente francés. Los hombres circulan alrededor de ellas, como pequeños pájaros, molestos y encantadores. 

¿CORONAVIRUS?

El coronavirus solo es el estertor del imperialismo gringo. Ya no es el turista de gafas que paseaba en su cádillac por nuestras playas vírgenes. Ahora es un muerto andante al que no le han dicho que es un fantasma que orina.

ESTÚPIDAS CONDESCENDENCIAS

Por Jorge Masrtínez Mejía Pensé que se habían olvidado de mí, que había caído en desgracia. Que habían desaparecido los viejos rumores y las referencias al poeta imbécil, al poeta hijo de puta que solo sabe tirar poemas ajenos al fuego. Por un momento sentí un extraño y modesto silencio. Unos jóvenes poetas se me acercaron y departieron conmigo amablemente. Estrecharon mi mano, hablaron largo rato de posibles antologías en las que era imposible no aparecieran mis trabajos. Entonces cierta bilis comenzó a rascarme el brazo izquierdo al escuchar la palabra “antología”. Recordé las antologías compuestas de escuálidos poemas de amor. Llegué a imaginar en ellas dos que tres poemas míos y la cara sonriente de barbados antólogos y sublimes estudiosos. Algo de buena educación me hizo arreglarme el cuello de la camisa y estirar mi pierna cruzada. Me vi caminando, fuera del tiempo, correctamente vestido, sereno. Mi corazón rojo palpitando, enamorado de enormes hojas verdes con gotas

GATO

Imagen de Geert Goiris. Madera mojada (2007) Por Jorge Martínez Mejía Me convertiste en algo diferente. Me cambiaste en otra cosa y no me di cuenta. Antes era un monstruo. Un gigante de enormes agujas en las manos, ahora tengo miedo de las cosas simples de la casa. Escucho tus pasos y salgo corriendo a meterme debajo de una silla. Tus pisadas truenan. Tirás la cartera en el sillón con estruendo. Antes me subías y yo sentía la suavidad de tus senos. Ahora no. Caminás desnuda por la casa lanzando los zapatos y la ropa. Has puesto cuadros gigantes en las paredes. Algunos de ellos son bosques, otros, enormes lunas sobre frondas azules y negras. En la cama te ponés una boina y tus dedos juegan a la guerra con pequeños pueblos. Podrías poner fin a la guerra. Podrías untar pomada a los enfermos y hacer pornografía para la salud de miles de hombres. Ahora hay más gatos en el techo. Sos una animal de largo cabello que deambula desnuda. Me molesto cuando estás al teléfono. Gruño,

La terrible palabra "poesía"

Don Luis de Góngora y Argote Por Jorge Martínez Mejía Me he vuelto un imbécil. Era de esperarse. He pasado demasiado tiempo viendo las redes sociales. Miraba las fotografías de una chica que hacía tiempo había olvidado. Ella tenía su pequeño dedo índice en la boca. Tenía puesto un traje de baño color negro, de una sola pieza. El bordillo le ceñía el muslo y por alguna razón me detuve en su boca. Mordía feroz uno de sus labios y sus ojos miraban por lo bajo. Su mano izquierda tocaba la pierna con los dedos caídos, como quien rosa una mejilla. En el suelo había tirado un libro de viejos poemas. Los sonetos de Luis de Góngora. Entonces recordé que ella fue la causa de mi primer plagio poético:  Con saña de sol, el sano peregrino, vio entre oscuros armiños  la beldad que hirió su seno. “Por donde quiera que vaya sé que muero, y pagaré con errar  y morir es lo que quiero”. En clase, le mostré a ella el poema en mi cuaderno con tan mala fortun

Escribo por convicción. Mi poesía se hizo a puñetazos con las letras. No admito exhibicionismo ni falacia.

jorge martínez mejía

2050

Matarse unos a otros. Matarse unos a otros. Matarse unos a otros. Mi compañero de apartamento me sugirió, veinticinco años antes, que nos preparáramos para matarnos unos a otros. Buscamos nombres falsos. Yo me llamé Yorch. Salí a buscar piezas rollizas de madera. Les afilamos la punta y las endosamos con metal, como las viejas lanzas de antiguos mierdas guerreros. Acechábamos por la ventana. Te acechábamos a vos. Que apenas sabías qué putas pasaba y menos cuándo había comenzado todo. Te observamos día y noche. Te emboscamos y tomamos la decisión de clavarte esta hermosa palabra que nos mantiene vivos.

¡Esto es la Mara, jomitos! de Jorge Martínez Mejía. Un artículo de Linda María Concepción Cortez

Por: Linda María Concepción Cortez Esta novela de corte introspectivo, trata sobre el mundo de y en las maras y pandillas. Ambientada en algunos barrios de San Pedro Sula, Honduras. En su primera parte, cuenta la historia de “El Payaso” líder de la MS 13, quien es asesinado por miembros de su propia pandilla y de la M18. Sin caer en un estilo de denuncia o de Realismo Social, involucra los principios que fundamentan el íntimo universo de las Maras y Pandillas: violencia, tatuajes, la identificación y el orgullo que implica formar parte de estos grupos, rituales de iniciación, la vida en las calles, el dialecto propio, crimen organizado y guerras por el control de territorios. La voz narrativa con un voseo natural y fresco, cuenta en primera y segunda persona los recuerdos de la infancia de “Mona”- “Mamombella”- “Bemba”- “Chorcha”- “El payaso”, huérfano de madre y padre, y que se va a vivir a San Pedro Sula con su abuela, donde se involucra de lleno en el mundo de

BORGES NO ES POPULAR

Por Jorge Martínez Mejía Fue en mi despedida de poeta cuando se me vinieron de una vez todos los recuerdos. Tuve que haber leído de otro poeta que no debía olvidar nada. Estuve al borde de saberlo todo. Mis sentimientos, mis imágenes se agolparon y vi episodios olvidados de mi infancia y de tu infancia, la que nunca viví, pero estaba seguro de que era la tuya. Soñé tus sueños y te vi, ahí, dormido o ebrio, escribiendo o descubriendo algo de lo que vos mismo ni sospechabas que existía. Recordé la primera vez que viste un arco iris, era tan natural ese instante sobre las piedras. Todo se extendía más allá. Tenías un nombre que ahora no recuerdo. O tal vez recuerdo, pero lo habías olvidado. Entonces estabas embelesado comiendo una esquina del arco iris como cuando un niño muerde un helado. Leías algo cuando alguien pasaba de largo o demasiado cerca. Vos escuchabas una música que nadie compuso. Entonces cambiaste de cara y te pusiste de lado, hacia atrás de la acera. Caras, c

‘Los excesos milenarios’, del hondureño Dennis Ávila, se alza con el Premio Internacional de Poesía ‘Pilar Fernández Labrador’

Denis Ávila poeta hondureño (Tegucigalpa, 1981). Crear en Salamanca vuelve a tener el privilegio de publicar la nota de prensa sobre el ganador del prestigioso Premio Pilar Fernández Labrador. Marcelo Gatica, chileno residente en Luxemburgo, obtuvo el Accésit con su libro “El mar ya no es”. Ni la pandemia y el confinamiento pudieron frenar a un premio que ya es referencia poética iberoamericana. Salamanca, la literaria capital del Tormes, se ha convertido otro año más en lugar señalado para reconocer a valiosos poetas que escriben en el castellano de las dos orillas. En tal sentido, el jurado del Premio Internacional de Poesía que lleva el nombre de Pilar Fernández Labrador, la ‘Dama de la Cultura Salmantina’, acaba de decidir que el premio de su VII edición es para el hondureño Dennis Ávila (Tegucigalpa, 1981), por su libro Los excesos milenarios, uno de los 1017 trabajos presentados desde 26 países del mundo, lo que reafirma el prestigio y credibilidad que tiene en E

EVOLUCIÓN DE LA POSICIÓN DE LAS MUJERES EN LAS MARAS DE HONDURAS: LA ESCRITURA DE LA CRUELDAD SOBRE SU CUERPO

Por Jorge Martínez Mejía La lógica del poder tradicionalmente se ha percibido de una manera jerárquica. A nuestro entender, la estructura jerárquica del poder en la mara es una representación fidedigna de la estructura jerárquica del poder colonial, pero que debe ser estudiado en detalle para observar cómo opera.  Siguiendo a Michel Foucault, las técnicas de gobierno capitalista no se encuentran en las instituciones del Estado, ni en el Congreso, ni en la Corte Suprema, ni en el Ejecutivo, el verdadero gobierno se ejerce en el crimen de la calle, en la desinformación de los medios, en las iglesias y en las universidades. Estas técnicas de gobierno capitalista, con su retórica de la modernidad, cruzan a todas las estructuras sociales y las habitan, logrando reproducir patrones idénticos al patrón colonial impuesto desde el choque de civilizaciones a partir de 1492. Las maras y las pandillas juveniles responden a un diseño masculino. Algunas mujeres se in