Amorosa, ilustración de Jorge Martínez Mejía
Estábamos en precariedad de pensamiento,
absortos en tanta poesía,
que algo se veía venir.
Nos vimos a los ojos,
tan hermosos,
y nos reímos a profundidad,
a estocadas,
y era ella,
la poesía.
De pronto nos abandonamos
y nos vimos,
sin Cortázar y sin guías.
Todo estaba claro,
todo estaba muerto.
Debajo de la noche, Cortázar había sembrado un ápice.
—Vos lo encendés — dijo alguien a la espalda.
—Vos debés morir — repondió el otro.
Esa noche pasó así.
Al final dijo: —Así es lo popular, así es el amor.
Un diálogo entre voces que están fuera del tiempo. Eso es poesía. Un abrazo y encantado de conocer tu taller poético. Saludos desde Madrid.
ResponderEliminarGracias José Luis. Igual mi abrazo para ti.
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