Amorosa, ilustración de Jorge Martínez Mejía Estábamos en precariedad de pensamiento, absortos en tanta poesía, que algo se veía venir. Nos vimos a los ojos, tan hermosos, y nos reímos a profundidad, a estocadas, y era ella, la poesía. De pronto nos abandonamos y nos vimos, sin Cortázar y sin guías. Todo estaba claro, todo estaba muerto. Debajo de la noche, Cortázar había sembrado un ápice. —Vos lo encendés — dijo alguien a la espalda. —Vos debés morir — repondió el otro. Esa noche pasó así. Al final dijo: —Así es lo popular, así es el amor.
Escritor, poeta, especialista en literatura infantil y juvenil